LA VERRAQUINA

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La ranita meridional (Hyla meridionalis)

Su cuerpo presenta un aspecto gomoso de piel muy lisa y brillante en color verde claro, pudiendo presentar tonos amarillentos, pardos o azules. Posee una raya negra que va desde los orificios nasales, pasando por los ojos, hasta las axilas de las patas delanteras. La extensión de esta franja la diferencia principalmente de la ranita de San Antonio (Hyla arborea) especie muy similar que tiene la banda negra algo más larga y con la que comparte espacios en Extremadura.

Sus ojos son saltones y de pupila horizontal. De largas patas con ventosas en la punta de los dedos que le otorgan la capacidad de trepar por la vegetación que encuentra en su hábitat; es una rana arborícola.

Vive en territorios húmedos, con abundante vegetación, cálidos, en los márgenes de charcas, lagunas o ríos de corrientes lentas. Frecuenta árboles, matorrales y otras vegetaciones densas que le permitan camuflarse.

De actividad principalmente nocturna y crepuscular. Al anochecer bajan de sus escondites para alimentarse de insectos y arañas, principalmente.

El periodo reproductor de esta rana en Extremadura va desde finales del invierno hasta la primavera, dependiendo de la bondad del clima y de la abundancia de lluvias. Los machos atraen a las hembras con su potente canto, hinchando su saco vocal que puede adquirir un tamaño mayor que el de la cabeza. Una vez que el macho ha conseguido atraer a una hembra con su llamada tiene lugar el apareamiento, realizando el denominado amplexo axilar. La hembra deposita cantidad de racimos de huevos que son fecundados externamente por el macho
Especie muy sensible a la contaminación por lo que el empleo masivo de insecticidas, la retirada de la vegetación ribereña, de charcas y embalses y, en general la alteración humana del terreno, son sus amenazas más notables.