SENDA LITERARIA -> Viajeros por Extremadura
Son abundantes los relatos que sobre su viaje a España dejaron escritos los viajeros del XVIII, tanto españoles como extranjeros, y son mucho más numerosos los redactados durante el siguiente siglo. Algunos de ellos viajaron también por Extremadura y por la Vera. Es interesante ver lo que cuentan de nuestro modo de vida, costumbres paisajes y monumentos. Queremos poner a vuestra disposición los capítulos de esos libros que hablan de nuestra tierra, junto con una pequeña reseña del autor y el libro. La mayoría de los textos los hemos extraído de los libros de Google y de una página recomendable para leer libros de viajes:
VIAjE DE ESPAÑA, EN QUE SE DA NOTICIA De las cosas más apreciables, y dignas de saberse, que hay en ella.
D. ANTONIO PONZ
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> LEER VIAjE DE ESPAÑA CARTA VI
Viajes por España
Pedro Antonio de Alarcón
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Impresiones de un viaje. Última ojeada sobre Extremadura
Mariano José de Larra
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Os dejo una opinión de Menéndez Pelayo, bastante mejor que una mía:
“El Viaje de Ponz es más que un libro: es una fecha en la historia de nuestra cultura. (…) Fué la resurrección de nuestro pasado estético: vino á suplir todos los olvidos y las deficiencias de nuestros historiadores de ciudades, tan descuidados y tan poco competentes en todo lo que se refiere á los milagros del arte.
Ellos se contentaban con decir que tal ó cual iglesia era de muy prima, de muy excelente ó de muy soberana arquitectura, ó bien que no tenía par en el mundo, con otros encarecimientos igualmente vacíos, cuando no irracionales y caprichosos. Ponz se apartó voluntariamente de tal camino; clasificó los monumentos con las luces que le daba la crítica entonces dominante; indagó sus autores y la fecha de su erección, y los incidentes que en ella mediaron, y las transformaciones que el edificio sufrió, y las riquezas pictóricas ó esculturales que encerraba, y los recuerdos históricos que con él estaban ligados.”
Historia de las ideas estéticas
Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891)
Pedro Antonio de Alarcón simpatizó en su juventud, con los liberales y los revolucionarios de su tiempo. Una crisis de conciencia acabó llevándolo al bando contrario, es decir, al conservador y católico, evolucionó de las ideas liberales y revolucionarias a posiciones más tradicionalistas. Pero por lo que es reconocido este autor es porque representa, sin duda alguna, el tránsito del costumbrismo al esplendor de la prosa realista. En este libro veréis ya sus posiciones conservadoras, en críticas a la I República española
Larra tenía raíces extremeñas, ya que su madre era de Villanueva de la Serena. Su estancia en Extremadura se refleja en tres artículos fechados en 1835, en los que se muestra muy crítico con Extremadura, pero no tanto con los extremeños: En ‘Las antigüedades de Mérida’ se burla de un cicerone ignorante que le llega a decir que el circo es una plaza de toros y señala que en Mérida en donde llegaron a vivir un millón de personas entonces solo vivían mil que no conocían su historia. El segundo artículo es ‘La caza’, en donde habla de una cacería de tres días en Hornachos, lugar del que alaba sus sabrosas naranjas. El artículo más crítico es ‘Impresiones de un viaje. Última ojeada sobre Extremadura. Despedida de la patria’; habla de las saludables aguas termales de Alange, de Trujillo, de las adelfas del Matachel, pero señala que Extremadura es «la provincia» más atrasada de España, que aquí la agricultura es casi nula salvo en La Vera y Villafranca, y que en Extremadura «el pobre no halla más recurso que ser guarda de una posesión».
Aunque sólo nombra la Vera de pasada, siempre es agradable leer a Larra, y en este artículo Larra es pionero de las ideas regeneracionistas, y de la preocupación por la situación de España.
