Había un rincón en la plaza de Santa Ana que era agradable, un banco rodeado de dos árboles estupendos, unos brachichiton, de fresca sombra en verano y que en invierno dejaban pasar el sol. Un sitio donde uno podía sentarse y relajarse. En Jaraíz hay muy pocos lugares de esos, porque la guerra contra en árbol de sombra está siendo dura, Vean la última batalla:
No comprendo bien lo que pasa, creo que es de todos conocido que en la Vera, en verano, cae un sol taladrante que pide a gritos una sombra de las verdaderas, de las que hacen los árboles de sombra, no los toldos, porque un árbol deja pasar la brisa, y no nos cuece dentro de la sombra como los toldos. pero da igual, porque eliminaron las potentes sombras del lago en la última remodelación, y dejaron el molino que es imposible de estar allí bajo los sombrajos. quitaron muchos y bellos plátanos del kiosko de la plaza, dejaron la calle nueva como un desierto que en verano da miedo cruzar y los pocos árboles que ponen los recortan para que no den sombra, porque alguien les habrá dicho que así es más elegante.
La jardinería es la manera más barata de embellecer un pueblo y de hacerlo habitable. Hay muchos pueblos en los que solo los tiestos de los vecinos hacen que sea agradable caminar por ellos. Paseos con buenas alamedas, o con árboles que nos alegren en primavera nos protejan en verano, nos pongan nostálgicos con sus ocres en otoño y que en invierno no nos quiten el rico sol.
Está claro que ese no es el espíritu que guía a nuestros ilustres regidores.
¿Porqué esa tala de árboles? ¿por qué han dejado esas columnas? ¿es para indicarnos que no van a plantar árboles que les sustituyan? Por favor defendamos a nuestros árboles.